La Rinoplastia es uno de los procedimientos quirúrgicos más comúnmente solicitados. El objetivo de esta intervención es modificar la estética nasal de modo que esta estructura, frecuentemente definida como “la carta de presentación de una persona”, presente una relación más armónica con el rostro del paciente. Dentro de las modificaciones posibles es factible reducir o aumentar el tamaño de la estructura nasal, eliminar la giba, afinar la estructura nasal, angostar la base, modificar el ángulo naso-labial, corregir deformidades por accidentes, defectos de nacimiento u otras alteraciones que pueden afectar tanto la estética como la respiración normal del paciente.
Los resultados son únicos en cada individuo en particular, y están en íntima relación con las características de la piel, los músculos y las estructuras óseas y cartilaginosas del paciente, así como también con las características genéticas y edad del individuo.
La tendencia estética actual apunta a buscar resultados sutiles, naturales y armónicos en concordancia con el resto de la cara.

Razones para considerar una rinoplastia

  • Mejorar la proporción entre nariz y resto de facciones faciales.
  • Reducir el tamaño de la estructura nasal que en ocasiones es demasiado grande o ancha para el resto de la cara.
  • Corregir la giba nasal.
  • Reformar puntas nasales torcidas o elongadas.
  • Reconstruir narices alteradas por accidentes o deportes.
  • Tratar alteraciones en la respiración, reconstruyendo el pasaje normal del aire por las vías respiratorias altas.
  • Tratar deformidades nasales congénitas.

Descripción del procedimiento

Para la Rinoplastia podemos optar por utilizar anestesia local con sedación o anestesia general, dependiendo de la complejidad del caso. Se trata de una intervención de 40 minutos a 2 horas de duración, en caso de combinar otros procedimientos o realizar injertos óseos o cartilaginosos.
La intervención clásica se realiza a través de pequeñas incisiones que permiten el acceso a las estructuras nasales profundas, no dejando evidencia alguna de las mismas. Así, los cartílagos y estructuras óseas son reacomodados con el objetivo de obtener el resultado más estético.
Podemos describir dos métodos quirúrgicos básicos, las técnicas “abierta” y “cerrada”. La técnica “abierta” permite una máxima visibilidad y control sobre el procedimiento y en líneas generales se utiliza para casos secundarios, narices operadas en múltiples ocasiones o estructuras muy complejas. En la técnica “cerrada” las incisiones son internas, cicatrizan rápidamente, es una técnica utilizada en casos primarios y narices de simple manejo quirúrgico.

Proceso de recuperación/postoperatorio

Generalmente, las indicaciones postoperatorias de la Rioplastia están relacionadas a la limitación en los movimientos, evitar ejercicios físicos con el fin de reducir el tiempo de recuperación. Es posible notar una moderada inflamación, la cual desaparecerá en 1 a 2 semanas en forma gradual, permaneciendo una inflamación local no notoria visualmente por 60 días más.
El ferulado (yeso) nasal no debe ser removido por el paciente bajo ningún aspecto, su objetivo es impedir la movilización de estructuras nasales que deben cicatrizar. Es necesario además evitar el uso de anteojos y lentes por 60 días. Está indicado el uso de protección solar durante el primer año. Infrecuentemente los pacientes informan dolor leve asociado durante el postoperatorio inmediato, el cual puede ser efectivamente tratado con antiinflamatorios locales.